Es una sandía enorme y jugosa. La fruta de la sandía es parecida a una baya y tiene una piel suave, verde o amarilla, y un interior jugoso, dulce, generalmente rojo. Se cree que la sandía se originó en Sudáfrica, donde la especie tiene la mayor diversidad. El sistema radicular de la sandía alcanza hasta 2 m de profundidad y 3 m de diámetro. El tallo está postrado, con varias ramas esqueléticas que son pubescentes. La sandía se cultivó desde el principio debido a su alto contenido de agua. Se almacenaba para consumirlo en las estaciones secas como fuente de agua y alimento. Las primeras sandías no eran dulces, sino amargas, con un interior de color blanco amarillento. También fueron muy difíciles de abrir. La sandía actual, dulce y fácil de abrir, se ha ido cultivando a lo largo del tiempo mediante cría selectiva.